Retomando la idea de generar acontecimientos escénicos y enmarcarlos dentro de una instalación artificial es desde ahí y partir de un texto escrito “El conde del Maluco” de Rafael Nofal, que intentamos re-presentarlo, hacerlo propio desde una violencia intuitiva y anárquica, de transformarlo y de resonar y multiplicar a partir de él, para que emerjan nuevos sentidos; experimentamos cruces, principal objetivo desde la dirección y puesta en escena. Reformulamos y decidimos nuestro espacio escénico. Investigamos la dialéctica autor, director, actor, público. Lo que acontece en el “entre” del actor con sus diferentes “otros” entre sí y de estos con el público, en el devenir. Exploramos la teatralidad del cuerpo y el espacio en el cual conviven estos “otros” pretendiendo así reforzar la idea dramática de la obra. La idea minimalista de la propuesta frente a la obra, acentúa la pretensión del trabajo dentro del lenguaje.
Huy! Estaba escribiendo y se me fue! Empiezo de nuevo. Te decía antes que nada que quiero agradecerte por la función, la charla, la cena y el vino compartido. Me encantó ver la actitud militante de la que hablábamos, en vos, en Miguel y Pina (sin las pilas y la actitud de esa mujer todo te costaría el triple). Los que la yugamos día a día, duramente en el interior, sabemos de que se trata, sabemos que cada estreno es un triunfo y que cada función es una batalla ganada a la indiferencia. Y esto es el teatro, nuestro teatro al menos, salirle con los tapones de punta a tanta estupidez mediática instituida y pelearle de a uno los espectadores. Cada espectador conquistado será junto a nosotros un oficiante mas de este maravilloso ritual que compartimos casi en secreto detrás del portón verde o en un valle perdido en medio de la montaña tucumana.
ResponderBorrarCon respecto al trabajo solo puedo decirte que me gustó mucho la actitud de riesgo asumida y de la que salen claramente airosos con Miguel en una puesta austera, ascética y jugada. Quizás debieran, no se...se me ocurre, buscarle los momentos de humor que aligeren la carga dramática que Miguel le pone. Bah... es solo una opinión de mal espectador.
Y por último, tratá en la publicidad de aclarar que es una adaptación mía de la novela. No quiero adjudicarme la autoría de tan hermoso "viaje" . Un abrazo.-
Gracias Rafael, todavía sigo pregnado de lo vivido, un encuentro histórico, te agradezco el talento, la humildad y la generosidad en el aguante de acompañar nuestro viaje teatral. Te mando un abrazo inmenso-
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